Una larga amistad
Indice del capítulo: Mis amigos checos
Tengo un gran afecto por los Buriakne. Durante más de veinte años nos hemos visto y escrito muchas veces. Conservo todas sus cartas, que reflejan su gran sensibilidad espiritual. Además, cuando las releo, descubro que reflejan muy bien la evolución histórica de su país.
En sus cartas podía palparse la fe que tenían en la oración como medio para terminar con el ateísmo que les ahogaba. Y me hablaban de la gran misión que desempeñaba el Cardenal, que defendía tenazmente los derechos humanos y les animaba a no desfallecer. En otra carta me decían: «El Cardenal nos dice que en el mundo hay una gran cantidad de armas atómicas, que son una fuerza enorme; sin embargo, la fuerza de la oración es aún mucho mayor».
En una carta, fechada en diciembre de 1979, me contaban su peregrinación a la ciudad de Stará Boleslav para pedir por la libertad del país y para que terminara pronto aquella situación agobiante: «Caminamos como once kilómetros a pie y estuvimos en el mismo lugar donde San Wenceslao fue torturado. Hemos pasado momentos muy emocionantes cuando nos imaginábamos lo que sucedió allí hace 1.050 años.» Se refería a la muerte del Duque de Bohemia, que había sido educado en la fe cristiana por su abuela Santa Ludmila, y que murió a manos de los sicarios de su hermano Boleslao, que se oponía a la cristianización del país.
Diez años después, en la Navidad de 1989, Lucas, el hermano más pequeño, que tenía entonces veintitrés años y estudiaba ingeniería, me contaba con entusiasmo cómo fue la gran manifestación en la histórica plaza de San Wenceslao de Praga, en noviembre de 1989. Yo ya sabía por los periódicos que había sido la clave de la llamada Revolución de terciopelo, a pesar de la violenta acción de la policía. La transcribo íntegra:
Querido Lázaro:
Tengo que escribirte muchas noticias porque han pasado cosas muy importantes. Para el día 17 de noviembre, que se celebra como el Día Internacional de los Estudiantes, estaba planeada una manifestación legal para celebrar esa fecha. A ti seguro que no te parece nada raro, pero aquí la simple agrupación de personas estaba totalmente prohibida. El día 17, después de terminar las clases en las escuelas, los estudiantes fueron al lugar donde la manifestación iba a tener lugar. La gente empezó a cantar canciones sobre la paz y la amistad, y comenzó a manifestar su miedo por el desarrollo futuro de nuestro país y por el medio ambiente, que en Checoeslovaquia está muy degradado. La gente se lanzó a la calle, delante del Teatro Nacional. A estos lugares llegaron rápidamente los policías y los gorros rojos, que son unos miembros del Ministerio del Interior que luchan contra los terroristas usando el karate. En las calles adyacentes había tanques y camiones especiales de la policía. La gente comenzó a cantar canciones contra la violencia. Los estudiantes daban flores a los policías. Los jefes de la policía empezaron a decir, usando megáfonos, que la gente desalojara la calle y todo el barrio. Pero eso ya no era posible, porque en las calles y alrededores estaban los coches de la policía y no se podía pasar entre ellos. Al final, los policías lanzaron una ofensiva muy dura, con una brutalidad enorme. En la calle había sangre. Tres tanques empezaron a moverse contra la gente, y todos empezaron a gritar de pánico.
Los policías usaron porras contra los manifestantes. Es casi un milagro que nadie resultara muerto, es casi imposible creerlo. Mucha gente se quedó en hospitales con los huesos partidos, o con conmoción cerebral, o problemas en la columna vertebral. También había muchos ataques nerviosos. El lunes todos los estudiantes interrumpieron las clases en las escuelas. Los estudiantes de nuestra escuela se reunieron en el aula y todos empezaron a criticar a los jefes de nuestro Estado y del Partido Comunista, e iniciaron la huelga.
Todos pidieron que se investigara lo que había pasado el día 17 y se explicara quién había dado la orden de esa represión tan brutal. Pidieron el cambio del Presidente y de los ministros actuales, y un juicio contra ellos. La plaza de San Wenceslao se llenaba cada día de gente muy indignada. En todos los rincones estaban pegados, y todavía lo están, carteles con llamamientos que piden una investigación de todo lo que ha pasado. Gracias a esto han cambiado muchas cosas, el Partido Comunista ha perdido su monopolio en nuestro país y ya no tiene el papel rector.
Terminó entonces el gobierno de un cínico partido. También cambiarán muchas cosas en las escuelas: se quitará el marxismo (era obligatorio para todos los estudiantes) y se acortará el servicio militar. El cristianismo podrá ser ya libre e independiente del poder del Estado y los comunistas. Se habla mucho de Dios en los últimos días. Se habla de todo lo que ha pasado, que ha terminado el gobierno de los criminales. Es un milagro.
Te mando muchos recuerdos y saludos. Muchas gracias por la carta. Feliz Navidad.
Lucas
Fue así como los estudiantes ayudaron al Comité Cívico a conseguir la transición que pretendía Charta 77, un movimiento en el que estaban personas que habían participado en la primavera de Praga y representantes de la nueva juventud. En junio de 1990, se celebraron las primeras elecciones libres, y con la libertad llegó también la división pacífica de Checoeslovaquia.